Fiebre tifoidea

La fiebre tifoidea es una enfermedad bacteriana aguda, potencialmente mortal caracterizada por fiebre muy alta. Es causada por un germen llamado salmonella typhi, uno de los muchos tipos de la bacteria salmonella. Alrededor de 22 millones de casos de fiebre tifoidea en el mundo ocurren cada año con unas 200.000 muertes relacionadas.

Todos pueden ser susceptibles a la infección. El riesgo aumenta en las personas que tienen bajos niveles de ácido en el estómago o aquellos que son VIH-positivas. Uno se puede hacer inmune después de una infección, a pesar de no haber presentado síntomas. En las áreas endémicas, la fiebre tifoidea es más común en niños en edad pre-escolar y jóvenes 5 a 19 años de edad.

El principal síntoma de la infección de la fiebre tifoidea es una fiebre persistente, alta, tan alta como 103° a 104° F (39° a 40° C). Otros signos y síntomas comunes incluyen dolor de cabeza, fatiga, pérdida de apetito, agrandamiento del bazo, una erupción de manchas planas, color de rosa, una tos persistente y un ritmo cardiaco errático. Puede ocurrir una Infección leve, así como la infección sin ningún síntoma en absoluto. Aproximadamente del 10 al 20 por ciento de las personas con infecciones no tratadas pueden morir, pero un pronto tratamiento antibiótico reduce la tasa de mortalidad de menos del 1%.

Los antibióticos pueden acortar el curso de la fiebre tifoidea y reducir el riesgo de muerte. Los pacientes deben ser vigilados para asegurar que la fiebre disminuye en unos pocos días de comenzar el tratamiento. Si la fiebre no remite, se deben considerar diferentes antibióticos.

La bacteria que causa la fiebre tifoidea ocurre en todo el mundo, especialmente en los países en desarrollo en Asia Sur-Oriental, África, el Caribe y centro y América del sur. Ocasionalmente se presenta en los países desarrollados como los Estados Unidos.